Wara significa “estrella” en quechua. El Hotel Wara nace bajo el concepto de hacer de las cosas simples un verdadero lujo y de redescubrir el desierto de Atacama a través de la naturaleza y el silencio, invitando a encontrar lo ancestral a través de una mirada contemporánea.
Siempre tuve ganas de conocer este hotel boutique cerca de Copiapó, en la Región de Atacama, y por varios temas (incluidos la pandemia), no había tenido la oportunidad. Esto hasta que unos amigos nos entusiasmaron para acompañarlos en su viaje al norte de Chile.
Nada mejor que volver a sorprenderse con los mágicos y maravillosos paisajes del desierto de Atacama. Además, tenía mucha curiosidad por visitar el Hotel Wara, el cual había sido premiado en los Boutique Hotel Awards 2019 en la categoría de America’s Best Relaxation Retreat Hotel.
HOTEL BOUTIQUE
Después de solo una hora y 30 minutos de vuelo, llegamos a Copiapó desde Santiago. En el aeropuerto retiramos un auto que habíamos arrendado y partimos camino al Hotel Wara. El auto que nuestros amigos tenían arrendado era uno standard, pero les recomiendo reservar un auto 4x4, ya que hay caminos con mucha arena en los que te puedes quedar atrapado.
El viaje a Wara desde el aeropuerto de Copiapó solo duró 20 minutos. Al acercarnos por el desierto de Atacama, pudimos observar un maravilloso camino de olivos, en donde solo veíamos el color verde y disfrutamos de un aroma muy agradable.
Llegamos este hotel boutique, en donde nos estaban esperando muy atentos. Ese día no había más pasajeros; estábamos completamente solos.
Este hotel de lujo fue construido hace ocho años por la arquitecta, decoradora y paisajista Susana Aranguiz. Ella llegó el año 1984 al pueblo Totoral, muy cerca del hotel. En este lugar realizaba talleres de artesanía en totora a mujeres, rescatando la antigua tradición de la quincha (construcción indígena de ramas y barro). Este material lo utilizó en los techos de las habitaciones y áreas comunes, y también lo ha aplicado en otros proyectos hoteleros.
“LOS 33” Y ANTONIO BANDERAS
El Hotel Wara se inauguró en febrero del año 2014, en la misma época en que la película “Los 33” (basada en la historia de los mineros que quedaron atrapados tras el derrumbe de la Mina San José) se estaba grabando en Chile.
En ese entonces, cuando este hotel boutique aún no estaba terminando, los productores de la película contactaron a Susana, quien tuvo que recibirlos y abrir en tiempo record el hotel. En el hotel se quedaron durante un mes y medio actores como Antonio Banderas y Juliette Binoche. De hecho, curiosamente me comentaron que en mi pieza había alojado Banderas durante el rodaje.
Las ocho habitaciones del Hotel Wara, muy amplias y cómodas, cuentan con un jacuzzi exterior y una terraza. En el interior llaman la atención sus maravillosos y altos techos de totora y una decoración simple pero muy linda con textiles altiplánicos de la zona. En el baño destaca una maravillosa tina y en la pieza la rica chimenea que te prenden antes de acostarte.
En el restaurante y salas de estar, la decoración mezcla la cultura atacameña con elementos modernos. Puertas del año 1800 y lámparas de lágrimas conviven con el estilo rústico y autóctono de la zona. Este hotel también cuenta con una linda recepción y una tienda donde venden mantas, cojines y joyas de cobre.
Los jardines y piscina exterior del Hotel Wara están rodeados por una vegetación desértica muy verde, en donde predomina la euphorbia, una planta de más de seis metros de altura. El sector de la piscina cuenta también con un jacuzzi, el cual puedes reservar exclusivamente para tu grupo.
GASTRONOMÍA Y EXCURSIONES
Nuestra primera actividad en el Hotel Wara fue almorzar en la terraza. El lugar del restaurante es muy acogedor, con una decoración simple y de buen gusto. El almuerzo era muy rico y estaba en manos de un joven y agradable chef, quien nos ofreció sus diferentes alternativas gastronómicas y nos contó acerca de las preparaciones.
La carta ofrece una cocina fusión tradicional del norte de Chile acompañada de una exclusiva selección de vinos. ¡El pisco sour, las empanadas de aperitivo y el risotto de setas con trufa son un imperdible!
Esa misma tarde averiguamos en el hotel qué paseo podíamos hacer cerca y el mozo, muy atento, oriundo de Copiapó, nos recomendó ir a ver la puesta de sol a las dunas.
Este camino de dunas es muy lindo. Llegamos alrededor de las 18:30 horas y subimos unos 800 metros hasta llegar a la cima y tener una vista panorámica de las dunas y el atardecer.
Desde el Hotel Wara, existen otras opciones de excursiones un poco más lejanas por el desierto de Atacama, como ir al Parque Nacional Nevado Tres Cruces, visitar el Cerro Medanoso (la duna más alta de Chile) y ver pinturas rupestres. Nosotros elegimos el paseo al mar de dunas para comenzar nuestro viaje.
TOTORAL Y PLAYAS DE ATACAMA
Al día siguiente nos levantamos temprano a tomar un increíble desayuno, digno de un hotel de lujo como Wara, y a seguir nuestro viaje por el desierto de Atacama hacia la pequeña localidad de Totoral, a solo 47 kilómetros. Aquí pudimos observar la famosa totora en su estado natural, la cual es utilizada en la construcción de los techos de este hotel boutique.
Totoral es un pueblo muy pequeño con la clásica plaza y una iglesia construida con el mismo material en el techo. Aquí llaman la atención sus árboles de algodón y sus pequeñas casas multicolores.
Luego continuamos nuestro viaje a las playas de Atacama. Para eso, seguimos 94 kilómetros hasta llegar a Bahía Salado, una inmensa playa de arenas blancas con mar calipso. Justo nos tocaron unas nubes maravillosas que parecían pintadas a mano, ¡lejos la playa de Atacama más linda! Es aquí en donde se encuentra Wara Nómade, el glamping de lujo que tiene el hotel.
GLAMPING EN EL DESIERTO DE ATACAMA
Como extensión del hotel, Wara Nómade es un glamping de lujo, con ocho tiendas, ubicado al norte de la playa de Bahía Salado, una de las playas de Atacama más lindas. A solo 45 minutos del Hotel Wara, todas tienen baño privado y terraza propia.
Si bien no alojamos ahí, ya que la temporada va de octubre a marzo, nos contaron que era una experiencia diferente y fascinante, acampando en la arena, frente al mar y con todas las comodidades necesarias y un servicio de primera.
Desde el glamping realizan numerosas actividades como tours astronómicos, excursiones a lugares de interés arqueológico, caminatas frente a la costa y actividades marinas, como kayak, stand up paddle, visitas a un islote a ver lobos marinos y pingüinos, buceo y snorkel.
PUERTO VIEJO, PLAYA LA VIRGEN Y BAHÍA INGLESA
Después nos dirigimos 48 kilómetros al norte hasta llegar a Puerto Viejo, famosa por las tomas de dos mil casas que aquí se realizaron el año 1980. En este lugar nos quedamos atrapados en la arena con el auto, pero por suerte un lugareño nos logró sacar con su enorme camioneta. La playa se divide en la caleta de pescadores y la toma.
Continuamos nuestro viaje a Playa La Virgen, ubicada a siete kilómetros al sur de Puerto Viejo, una preciosa playa de arena blanca y aguas cristalinas… Lo más parecido a un paisaje caribeño. Aquí puedes encontrar distintos lugares para acampar.
Seguimos camino a Bahía Inglesa. La primera vez que estuve en esta ciudad fue a los 17 años para mi viaje de estudios del colegio. Me sorprendió sentir que había perdido su encanto.
Ahora está lleno de restaurantes y locales que antes no existían. Como justo nos tocó un día feriado y por la fase del Plan Paso a Paso en la que se encontraba la ciudad, todo estaba con delivery o cerrado. Por eso, optamos por volver al Hotel Wara y almorzar más tarde allá.
MINA SAN JOSÉ
A la mañana siguiente continuamos nuestro viaje y partimos rumbo a la Mina San José, a 45 kilómetros del Hotel Wara, famosa por ser el lugar en donde los 33 mineros se quedaron atrapados por 69 días el año 2010.
El camino para llegar es el mismo por donde están las dunas a las que ya habíamos ido. Realmente es una maravilla poder ver nuevamente el famoso mar de dunas del desierto de Atacama. En el camino nos encontramos con un zorro, típico de la zona.
Llegamos a la Mina San José y nos recibió un extranjero, quien nos dijo que subiéramos y que luego llegaría el guía. Comenzamos el recorrido y observamos las 33 banderas (32 chilenas y 1 boliviana) que representan a los mineros junto a un monumento.
Luego seguimos subiendo y llegamos al mirador, en donde se encuentra la exposición. Todo está muy bien señalado. Desde aquí puedes observar todos los puntos importantes del lugar.
Luego de un rato sentimos el ruido de una camioneta. Al llegar, de ella bajó un hombre robusto, quien nos comenzó a explicar toda la historia del lugar.
Nos había llegado el rumor en el hotel de que a veces uno de los 33 mineros atrapados, Jorge Galleguillos, hacía de guía. Luego de mostrarnos la exposición le preguntamos si él era Jorge y nos dijo que sí, pero que no le gustaba contarlo. Fue en ese momento cuando nos comenzó a relatar algunas vivencias personales ocurridas 700 metros bajo tierra en la Mina San José.
Así terminó nuestro viaje al norte de Chile y al desierto de Atacama, en el que pude volver a recorrer sus mágicos y maravillosos paisajes. Si a ti también te gustaría viajar a Copiapó y conocer el Hotel Wara, haz click en el botón de la esquina inferior derecha y te ayudaré a organizar tu estadía en este hotel boutique. También puedes conocer más experiencias para vivir en la Región de Atacama o en otras zonas de Chile en este sitio web.
