La primera visión que tenemos del hotel VIK Chile llama mucho la atención y se siente como si estuviéramos alucinando. Vamos sentados en un transfer atravesando los campos y viñedos de la Región de O’Higgins, luego de un trayecto de dos horas y media desde Santiago, cuando la postal de este hotel en lo alto de una colina nos sorprende. Una estructura que brilla y no deja indiferente a nadie.
Se trata de VIK Chile, considerado uno de los hoteles más lujosos de Chile y una perfecta escapada cerca de Santiago. Emplazado en San Vicente de Tagua Tagua, en pleno Valle de Millahue (que significa “lugar de oro” en mapudungun), fue construido en 2014 y desde entonces ha captado el interés internacional de viajeros que llegan a conocer este rincón de Chile para vivir una innovadora experiencia.
El hotel es famoso por su diseño, arte y decoración. Tanto así que aquí han alojado famosos como la banda Coldplay y el multimillonario David Rockefeller.
Los dueños y creadores son el noruego Alexander Vik y su señora Carrie, quienes ya contaban con propiedades de este estilo en José Ignacio, Uruguay (VIK Retreats). Todo comenzó con el sueño de esta pareja de desarrollar viñedos de clase mundial para crear vinos únicos. En 2004 reunieron un equipo de enólogos, climatólogos, geólogos, viticultores y agrónomos para encontrar el mejor terroir en Sudamérica. Así, en 2006 adquirieron 4.500 hectáreas en el Valle del Cachapoal.
Una vez que ya contaron con la Viña VIK, decidieron construir un hotel para acomodar a las personas que llegan a conocer los vinos VIK.
ARQUITECTURA Y ARTE EN EL HOTEL VIK CHILE
Aún en el transfer, cruzamos un sencillo portón en el camino que en nada adelanta lo que nos encontraremos adentro. Conforme nos acercamos al hotel, comenzamos a entender qué es lo que brilla. La estructura del hotel se conforma por un techo de placas de titanio y bronce que se curvan y ondulan generando un cautivante juego arquitectónico. A pesar de ser plateado, con el reflejo del sol se ve dorado.
El arquitecto a cargo de la construcción del hotel VIK fue Marcelo Daglio. Al ver su resultado, es inevitable no pensar en la obra del arquitecto Frank Gehry, autor de famosos edificios como el Museo Guggenheim de Bilbao.
Subimos la colina sobre la cual se asienta el hotel y, después de un zigzagueante camino, finalmente llegamos a la entrada. Aquí nos recibe un amable staff. Tras darnos la bienvenida, ingresamos al hotel y a descubrir su singular arquitectura.
Desde adentro, el hotel se siente más pequeño de lo que parece por afuera. Tiene un pequeño patio interior, llamado el Jardín Zen, con dos pequeños árboles rodeados de coloridas flores. En torno a este jardín se estructura el hotel.
Por un lado, hay una sala con sillones y una mesa de pool, rodeados de notables obras de arte, como pinturas de Roberto Matta y un díptico de Anselm Kiefer. Las mesas son muy interesantes: hay una hecha con hilos de coser y otra con placas de computador.
ALMUERZO EN RESTAURANTE MILLA MILLA
En el lado opuesto está el Restaurante Milla Milla. En su interior, una cava ocupa una pared completa. Desde la terraza del restaurante hay una increíble vista al valle, a las montañas y a la reserva natural privada de VIK. Generalmente, el valle está cubierto por el agua de un tranque, pero en esta época del año (agosto) está casi seco. De todas maneras, la vista es preciosa.
Desde aquí se puede ver la piscina infinita del hotel, ubicada en una terraza un piso más abajo y rodeada de reposeras. En el aire se respira mucha calma y parece el lugar perfecto para relajarse.
El restaurante está comandado por el chef Pablo Cáceres, quien trabaja con ingredientes locales y sorprende con cada plato. A través de las preparaciones, la idea es descubrir el Valle de Millahue y las costas del océano Pacífico. La carta es estacional y se enfoca en el huerto de VIK y en productores de la zona.
Nos sentamos en una mesa en la terraza para disfrutar del almuerzo de tres tiempos. Hay diferentes opciones tanto de entradas como de platos principales. Para comenzar, se puede pedir croquetas de jaiba de Pichilemu con alioli y tinta de calamar; textura de coliflor del huerto, o un repollo morado confitado con miel de Millahue y nieve de queso de cabra. La mayoría elegimos las croquetas, ampliamente recomendadas por el garzón, y con justa razón: son muy sabrosas.
Para el segundo, los platos a elegir van desde un lomo liso de ternera a la parrilla con chimichurri, cebollas confitadas y puré de betarraga; garrón de cordero del secano costero braseado en vino VIK; arroz caldoso de mariscos; pastas frescas rellenas de queso maduro y espinacas, o la pesca del día de Pichilemu acompañada de ñoquis de papa. Me decido por el arroz y disfruto de un plato delicioso, adornado con distintas conchas marinas y flores comestibles.
El postre cambia todos los días ya que depende de la creación del chef. El de hoy consiste en un exquisito postre de maracuyá.
HABITACIONES DEL HOTEL VIK
Luego de este increíble almuerzo, tenemos la suerte de conocer un poco más del hotel VIK. Para eso, vamos a conocer sus habitaciones, famosas por su originalidad. En total son 22 y cada una es de una temática diferente y fue decorada por un artista distinto. Hay de dos categorías: 17 Suite (de 35 metros cuadrados) y 5 Master Suite (45 metros cuadrados).
Comenzamos el recorrido en llamativas habitaciones como “Valenzuela”, del artista chileno Sebastián Valenzuela, una de las más coloridas, con el color rojo como elemento predominante y un sillón con forma de labios.
La habitación “Chile” tiene una peculiaridad: es la única con una puerta de madera de cactus, material presente también en el respaldo de la cama y veladores, además de otros elementos que rescatan nuestra identidad nacional.
Otras habitaciones que vemos son “Rock N Río”, que representa las piedras en los ríos y cuyo baño fue hecho con piedras locales; “Retro”, inspirada en el art nouveau y art déco y con obras del pintor chileno Mario Toral, y “Hollywood”, con fotografías de gran tamaño de revistas antiguas y un baño hecho completamente de madera.
“Cienfuegos” es otra habitación interesante ya que tiene obras del artista Gonzalo Cienfuegos –quien diseñó la botella La Piu Belle de VIK–; “Vicky Money”, cuyo baño está hecho con más de 50 mil monedas de 1 centavo de euro; “Azulejo”, con cerámicas de Portugal; y “Louis Louis”, pieza francesa inspirada en el siglo XV.
La habitación en donde alojo yo es “Graffiti”, diseñada por el chileno Diego Roa. Junto a la cama hay una pintura en gran formato de dos manos con una cámara de foto. En la pared que enfrenta la cama hay otras dos manos pintadas junto a dos copas de vino tinto, que representan las manos de los dueños del hotel. En la ventana, el escritorio es plateado y se hizo a partir de una antigua ala de avión.
Todas las habitaciones del hotel VIK Chile son muy modernas, amplias y tienen vista a los valles, viñedos o tranque. En ellas todo está orientado a la comodidad del huésped y a entregar un descanso y experiencia única. Pero no solo las habitaciones tienen un peculiar diseño, sino también los baños, que en general son amplísimos. La gracia es que uno como pasajero puede solicitar una pieza en específico y, de estar disponible para la fecha de viaje, puede alojar en ella.
Las habitaciones de categoría Master Suite ocupan las esquinas del hotel y tienen fabulosas vistas al entorno natural ya que cuentan con doble ventanal de techo a piso. Aquí destaca la habitación “VIK”, que es la que usan los dueños del hotel cuando vienen y que tiene en el baño una increíble tina en forma de hamaca de Splinterworks.
También está la pieza “H”, en honor a Hermès, con decoración que recuerda sus icónicas maletas naranjas y un baño con enormes fotos de la revista Vogue. Igualmente es muy interesante la pieza “Gabler’s Grisaille”, con un estilo híper realista y predominio del color gris.
PURO VIK, LODGE Y SPA
En el exterior hay siete lujosos bungalows llamados Puro VIK, habitaciones más grandes (75 metros cuadrados) y privadas, hechas mayormente de vidrio. Insertas en medio de la naturaleza del parque privado, todas tienen terraza y hot tub. El diseño en ellas es igual de singular que en las otras. Por ejemplo, “Hiroshige” tiene decoración japonesa y dos esponjosos sofás que parecen nubes, y “Shape of Women” es una oda a la mujer, la cual es retratada de diferentes formas.
También cuenta con un lodge, una construcción que inicialmente era de la familia Vik, compuesta por dos largas terrazas, cuatro suites dobles, una cocina abierta con una larga mesa en el centro y una sala con chimenea. Ideal para quienes quieran venir en familia (alberga hasta 8 huéspedes) y tener más privacidad.
Por último, en el hotel Vik Chile también tienen un spa, donde se puede vivir una experiencia wellness diseñada para renovar energías con terapias esenciales. Famoso es su baño natural en vino (vinoterapia), que entrega beneficios antioxidantes únicos al cuerpo, además de otras terapias orientadas al bienestar y armonía natural. Junto al spa tienen una sala de yoga y gimnasio. Todo lo que uno podría necesitar en una escapada cerca de Santiago.
VIÑA VIK Y BODEGA
Luego de conocer los espacios del hotel VIK, vamos a lo que fue el punto de partida de todo: la Viña VIK. Otra increíble construcción a metros del hotel.
En 2007, luego de un concurso de arquitectura, Smiljan Radic fue elegido como el arquitecto principal de la bodega. Con un inspirador y creativo diseño, la bodega fue diseñada para producir un mínimo impacto en el paisaje natural del valle. Al mismo tiempo, se implementó tecnología innovadora para ser eficiente operativamente y mantener un diseño único, vanguardista y sustentable.
La entrada a la bodega impacta tanto o más que la del hotel. Nos enfrentamos a una explanada con agua fluyendo a lo largo de todo el espacio gracias a una leve pendiente en el suelo. En medio del agua se ubican piedras de diferentes tamaños que le dan un toque artístico al lugar. Distintos caminos peatonales atraviesan este espectáculo para poder recorrerlo.
La bodega es muy eficiente ya que utiliza freecooling, energía solar y aislación natural. Cuenta con un techo transparente de tela extensible, que permite la entrada de luz natural sin tener que utilizar luz artificial. El agua que corre por el suelo no solo es un elemento estético, sino que además proporciona un elemento adicional de enfriamiento.
VIK se centra en crear vinos holísticos. Los vinos aquí son el resultado de un terroir dinámico junto con las mejores técnicas y prácticas vitivinícolas, la protección del medio ambiente, y el desarrollo humano y social expresado a través de la arquitectura y el arte.
En VIK las uvas son cosechadas a mano y durante la noche, cuando las temperaturas son más bajas. Esto asegura la optimización en los procesos y una calidad de primer nivel. La fermentación ocurre naturalmente, sin levaduras añadidas, y los vinos son envejecidos en barricas nuevas y usadas de roble francés. Además, realizan acciones sustentables para mitigar y recuperar la tierra.
Viña VIK se encuentra al interior del valle entre innumerables quebradas, lo que ofrece una variedad de terroir inigualable y pequeños microclimas. Estos se enfrían gracias a la brisa costera, entregando la complejidad deseada para producir los mejores vinos.
La elección de las cepas se estableció después de estudiar el suelo y exposición de los valles. Las variedades escogidas fueron cinco: Cabernet Sauvignon, Carmenere, Syrah, Cabernet Franc y Merlot. Estas fueron plantadas buscando la armonía entre el equilibrio hídrico, el clima y la tierra.
TOUR Y DEGUSTACIÓN EN VIK
Aunque nuestra visita la realizamos en agosto, cuando las parras aún no tienen hojas, de todas maneras la combinación con la singular arquitectura de la bodega es increíble. Nuestro guía es Claudio, quien nos explica cada proceso en la elaboración del vino.
Luego de mostrarnos la bodega por dentro, entramos a la cava. Aquí hay una obra de Eduardo Cardozo, que representa los diferentes niveles del terroir del viñedo, y que ocupa una pared completa en donde hay una puerta. Al atravesarla llegamos a la sala de cata, en donde degustaremos los ensamblajes de VIK.
Para la degustación hay dos opciones: tradicional y Premium (llamada VIK). La tradicional incluye una copa del vino Milla Cala y tres variedades de sus cepas insignes (Cabernet Sauvignon, Carmenere y Syrah). La degustación VIK, que es la que realizamos nosotros, incluye lo mismo pero además una copa de La Piu Belle y del icónico VIK.
Viña VIK tiene una pequeña producción de estos tres tintos: aproximadamente 300 mil botellas al año, de las cuales se exporta cerca de un 80%.
Milla Cala rinde tributo al encuentro entre el nuevo y el viejo mundo: “Milla” significa oro y “Cala” significa playa en Europa.
La Piu Belle significa “La más bella” y mezcla palabras en español, italiano y francés. Algo muy interesante es el diseño de esta botella. Fue creada por el artista chileno Gonzalo Cienfuegos y muestra a una mujer desnuda desde el torso hacia arriba, con el pelo subiendo por el cuello de la botella cual Medusa. Es un homenaje al arte y a su importancia en VIK; representa el arte de hacer vino.
Por último, VIK es el vino ícono de la viña. Galardonado mundialmente, es un ensamblaje con reminiscencias de Burdeos, Francia. Además de estos tres tintos, en VIK elaboran La Piu Belle Rosé, un rosé con un sabor frutal.
Poco a poco vamos catando cada copa y descubriendo diferentes sabores y aromas. La degustación despierta todos nuestros sentidos y, con la explicación del guía, vamos entendiendo cómo VIK redefine la experiencia del vino. Esta es una actividad para todos, ya que no importa si uno sabe de enología o no.
En el ranking World’s Best Vineyards 2021, que destaca las mejores viñas donde hacer enoturismo y vivir experiencias en torno al vino, Viña VIK ocupó la posición número 8. Por eso, es una de las mejores escapadas cerca de Santiago.
Terminamos el tour conociendo el restaurante de Viña VIK, ubicado en la parte posterior de la bodega. Se llama Pavilion y tiene una vista de 360 grados a las parras de uva. Siguiendo la identidad VIK, también tiene una decoración llamativa: del cielo cuelgan antiguas tinas de baño y una gran raíz de un árbol, y las mesas tienen botellas de plástico, telas, corchos y latas de bebida. Aquí el chef Pablo Cáceres realiza una cocina de autor bajo el concepto “del huerto a tu mesa”.
El día termina con una cena de cuatro tiempos en el Restaurante Milla Milla del hotel VIK Chile. Comenzamos con un cóctel de autor y un aperitivo con productos como champiñones, queso y repollo. Luego viene una entrada de salmón con masa de papas filo. Para el fondo hay dos opciones de plato; yo pido la carne, que viene con puré, papas y zanahoria. Como maridaje, disfrutamos de una copa de vino Milla Cala y una de La Piu Belle.
CABALGATA POR VIÑEDOS Y HUERTO VIK
Luego de un reponedor sueño en las increíbles instalaciones del hotel VIK, tenemos la mañana siguiente para explorar el terroir VIK y su biodiversidad. Para eso hay una variedad de excursiones guiadas que se pueden realizar en los alrededores del hotel: cabalgatas entre viñedos, trekking por senderos con avistamiento de aves y flora nativa, y biking. Nosotros optamos por la primera.
Después de un delicioso desayuno en el Restaurante Milla Milla, servido a la mesa y con preparaciones como huevos benedictinos, variedad de quesos y jamones, y croissants, nos cambiamos de ropa para prepararnos para la actividad.
Los caballos nos esperan cerca del lodge. Luego de montarlos, realizamos una suave y corta cabalgata recorriendo senderos con vistas a Viña VIK y las montañas. Nos adentramos también un poco en el bosque nativo, siempre con el hotel brillando en una de las colinas y con la bodega por el otro lado. El día está soleado y fresco y la excursión resulta muy agradable.
Luego de una hora, la actividad termina en el huerto de VIK. Aquí bajamos del caballo y conocemos este rincón de la mano de sus encargados, quienes tienen plantaciones de múltiples vegetales y plantas comestibles.
Repollo, alcachofas, apio, coliflor, lechuga, cebolla, zanahoria, cilantro, perejil, espinaca y kale son solo algunos de los productos cultivados aquí. La mayoría los usan en los restaurantes del hotel y la bodega.
Así termina nuestra visita a Viña VIK, una experiencia inolvidable en torno al vino en uno de los rincones más lindos de nuestra Zona Central. Millahue, el “lugar de oro”, esconde muchos secretos y este es solo uno de ellos. Realmente, una joya de la hotelería y enología chilena, que vale la pena visitar al momento de planear una escapada cerca de Santiago.
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Para terminar, descubre en qué consiste la experiencia VIK en el siguiente video:
