Bañada por aguas turquesas y playas de arena blanca, la región de la Puglia, ubicada en el taco de la bota de Italia, permaneció mucho tiempo inexplorada y con sus secretos a resguardo. Pero sus bondades se están dando a conocer.
Flanqueada al sur por el mar Jónico y al norte por el mar Adriático, sus ciudades y encantadores pueblos de casas blancas y sencillas dejan sentir la influencia española, tanto en su historia como en la abundancia de arte barroco. El ambiente campestre, la tranquilidad y su destacada gastronomía completan los atractivos de esta región de Italia.
Desde hace años que tenía mucho interés en visitar la Apulia o Puglia en italiano, la región del sur de Italia ubicada en el tacón de la bota. Diría que mi interés surgió a partir de diversos encuentros que tuve en ferias de turismo con el dueño de unos hoteles de la región, quien continuamente me decía: “allora, ¿quando vieni a conoscere el mio paese?”. Y me hablaba de las bondades de la zona.
Al fin tomé la decisión de viajar a Italia. Después de navegar por el mar Adriático junto a unos amigos, nos aventuramos por esta región de Italia, conocida durante muchos años como la más pobre y abandonada, y poco explotada por el turismo.
Pero esta situación está cambiando y hoy la Puglia está convirtiéndose en uno de los destinos preferidos de italianos y europeos para sus vacaciones de verano, gracias además a sus lindas playas de arena blanca y aguas turquesas.
Antiguamente, las tierras de la Puglia fueron habitadas por los pueblos ilirios e itálicos. Ya en el siglo VIII antes de Cristo se asentaron los griegos y más tarde, en los siglos III y IV antes de Cristo, fue conquistada por los romanos. Tras la caída de este imperio, la dominaron los godos, lombardos y posteriormente los bizantinos.
En la Puglia se respira una atmósfera de paz producto de sus paisajes agrícolas y la tranquilidad y amabilidad de su gente. La vida aquí pasa lentamente; la siesta es irrenunciable y sus pueblos se detienen de dos a cuatro de la tarde sin ningún problema.
Como en El Padrino: Alberobello, Martina Franca y Ostuni
Llegando a Bari, capital de la Puglia, tomamos un auto y nos dirigimos a la ciudad de Fasano, a 40 minutos, en cuyas cercanías queda el hotel Borgo Egnazia, que sería nuestra casa durante toda la estadía. Es un lugar excelente que acoge a familias en sus departamentos o a viajeros que alojan solo un par de noches en su lindo hotel.
Este es el punto perfecto para conocer los pueblos aledaños en este viaje a Italia. Además de tener dos playas privadas, posee un espléndido campo de golf.
Empezamos nuestro viaje a Italia conociendo los famosos trulli de Alberobello, un antiguo tipo de casas rurales construidas en base a piedra local, que son Patrimonio de la Humanidad. Estas construcciones de forma cilíndrica con un cono de piedra como tejado y muros que se hacen de piedra en seco son típicas de la Puglia, y cubren el paisaje entre viñedos y olivares del Valle de Itria.
Después de un buen almuerzo, seguimos a Martina Franca, un pueblo curioso en el que abundan los jubilados sentados en las plazas, jugando ajedrez o damas. Allí nos tocó presenciar un funeral, con la viuda llorando con mucho aspaviento, el ataúd sacado en hombros y atrás una orquesta fúnebre con músicos de ternos brillantes y engominados.
Nos sentimos igual que en la película El Padrino. Hicieron la procesión por el pueblo y después lo llevaron por una alameda de cipreses al cementerio del pueblo.
Un poco más alejado y apurándonos para llegar con luz, entre olivares nos acercamos a Ostuni, la ciudad blanca de la Puglia, de influencia griega, situada sobre tres colinas y rodeada por grandes murallas. Sus callecitas son muy estrechas, con muchas escaleras que conectan las diferentes alturas entre casas y calles.
Recorrer Ostuni demanda esfuerzo pero lo vale, ya que está lleno de iglesias con fachadas barrocas. Terminamos en un bar comiendo un delicioso prosciutto y mozzarella. Ya de regreso a nuestro hotel, en un recoveco del camino paramos a admirar la ciudad iluminada con sus murallas. ¡Una bellezza!
Lecce y sus majestuosas construcciones
La ciudad más emblemática de la Puglia, Lecce, está a 90 kilómetros del hotel. Apodada la “Florencia del Sur”, es una de las más lindas e interesantes de esta región de Italia por su arquitectura, absolutamente barroca.
Aunque había oído hablar de Lecce, nunca llegué a imaginármela como realmente era. Construida con piedra amarilla, lo que le da mucha calidez, es un museo al aire libre. En sus pórticos y plazas abundan las estatuas, y a pesar del calor, pudimos recorrerla en un trencito y conocer su historia con audífonos.
De origen messapica, después romano, normando y angevino, fue en su periodo aragonés cuando Lecce prosperó y se llenó de majestuosos edificios como la Basílica de Santa Cruz, la Catedral y el Palacio de Gobierno. No dejó de sorprendernos su anfiteatro romano, donde aún se dan espectáculos artísticos.
La Piazza del Duomo es una enorme extensión rodeada de diferentes edificios que no parecen seguir un orden preestablecido. Recomiendo especialmente parar ahí al atardecer, en tanto que la Iglesia de Santa Croce es imperdible. ¡Creo que hacía tiempo que no veía tantas iglesias!
Esta ciudad de la Puglia, a la cual han potenciado en los últimos años, está impecable y su piedra amarilla reluce. ¡Un imperdible en este viaje a Italia!
Lecce es una ciudad viva, donde sus habitantes hacen su rutina entre almacenes, reparadoras y peluquerías, que se mezclan con galerías de arte y anticuarios, lo que la hace más fascinante. La comida y los restaurantes, principalmente de comida italiana, van a la vanguardia y hacen honores a sus antipastos, carnes y pastas. Abundan los pimientos, olivas, prosciutto y buenos vinos, a precios muy razonables.
Los castillos medievales son otros de los tesoros de esta región de Italia. Los podemos encontrar en muchas ciudades debido a la dominación de Federico II durante el siglo XIII. El más famoso es el Castelo del Monte, que se mantiene en lo alto de una colina como símbolo de su poder durante la Edad Media.
El famoso baile de La Tarantela es una curiosidad y tradición de esta zona, el cual se practica en los festivales populares.
Su música tiene origen en la ola de pánico surgida entre el siglo XV y XVI cerca de la ciudad de Taranto, donde según la leyenda, una mujer fue picada por una tarántula y para eliminar el veneno de su cuerpo debía saltar y moverse. Empujados por la superstición, los habitantes de la zona comenzaron a bailar frenéticamente en pares, en círculos, al ritmo rápido de la mandolina.
Matera, una ciudad excavada en la roca
Aunque no está dentro de la Puglia, sino que en la región de Basilicata, la ciudad de Matera es una parada obligada si se sigue el viaje hacia la Costa Amalfitana, como fue nuestro caso.
Encumbrada en una colina que no dice gran cosa, caminamos hasta llegar a un “balcón natural” con una vista espectacular a Matera: una ciudad de piedra disgregada en un acantilado. Son los famosos sassi, casas superpuestas unas a otras y unidas entre sí por callecitas tortuosas y escalinatas.
No parece que estuviéramos en Europa; es como entrar a otra dimensión, con construcciones excavadas en las piedras que nos hablan de los primeros asentamientos trogloditas en Italia, de los principios del cristianismo.
Matera fue también refugio de los monjes que huían de Asia Menor en el siglo VII, quienes para protegerse construían habitáculos y capillas en las rocas, que más tarde los lugareños (campesinos en su mayor parte) se adueñaron. Con el tiempo surgieron plazas, cisternas de agua y otras construcciones en torno a ellas.
En medio de las bellezas de Matera se reconoce también pobreza y penurias. Es difícil imaginar que solo en los años 50 el gobierno trasladó a sus habitantes hacia barrios nuevos, por lo que hoy podemos ver algunas casas habitadas e incluso buenos hoteles dentro de la roca, como los de Capadocia en Turquía.
Pero no todo Matera está excavado en la roca, y como en las demás ciudades de Italia, nos encontramos con plazas e iglesias de los siglos XII al XV mayormente, que siempre son de gran belleza.
Con las filmaciones de La Pasión de Cristo de Mel Gibson y El Evangelio según San Mateo de Pasoline, Matera se hizo famosa. Además, en 2014 fue elegida Capital Europea de la Cultura.
Al terminar este viaje a Italia nos queda claro que la Puglia “è formidabile; ti sorprende sempre”.
Si a ti también te gustaría organizar un viaje a Italia y recorrer la Puglia, haz click en el botón de la esquina inferior derecha y te ayudaré a planificarlo. También puedes buscar pasajes a Italia en este sitio web.
Por último, si te gustaría explorar el norte de Italia, lee esta nota.
DATOS PARA VIAJAR A LA PUGLIA
Feria de Levante
En Bari, cerca del puerto moderno, está la famosa Feria del Levante, donde venden artesanías, joyas, ropa, zapatos y muebles de todas partes del mundo.
Lo mejor en quesos
Dicen que la mejor mozzarella del mundo está en la Puglia. Hay que probar la burrata, que va rellena de leche y nata. Y los exquisitos quesos caciocavallo, ricotta forte y scamorza.
Gastronomía
Pastas y pescados son especialidades de la Puglia. Nota aparte merece el vino. El 10% consumido en Europa se produce aquí, por lo que hay para regodearse.
Playas
Los 800 kilómetros de playas de arena blanca y aguas turquesas son uno de los mayores atractivos de la Puglia. La más conocida es la de Polignano a Mare, un encantador balneario 30 kilómetros al sur de Bari, considerado "La Perla del Adriático".
Novias y carnavales
Unos cuatro kilómetros al sur de Bari está Putignano, famoso por sus talleres de vestidos de novia y por su carnaval, el más largo del mundo, que comienza el 26 de diciembre y termina a fines de febrero.
Para los amantes de la naturaleza
La península de Gargano es uno de los parques nacionales de Italia ubicado en una zona montañosa llena de bosques de robles y pinos con varias rutas para hacer a pie. A lo largo de la costa se ven grandes acantilados y pequeños pueblos pesqueros bañados por el mar Adriático. Bajo tierra, Puglia nos regala numerosas grutas descubiertas recientemente (siglos XIX y XX) como las Grotte di Castellana (o Cuevas de Castellana), cerca de Bari, con espectaculares estalactitas y estalagmitas que merece la pena descubrir.
